Se revela en imágenes la inevitable -provocada o no- decadencia y pronta desaparición de las formas de vida locales, a través de la tensión visual entre elementos originarios, frágiles y endebles, frente a la solidez de lo extranjero. La fotografía, se desenvuelve en la aparente contradicción de registrar información sobre culturas en extinción, al tiempo que participa de un mundo nuevo, complejo y emergente del cual es parte y también consecuencia. Muestra, por un lado la tan anhelada pureza étnica, y por otro, el encuentro entre seres de mundos distintos y distantes. Relata la debacle del indígena, precioso e inmundo, el éxito emprendedor de la voraz y pretenciosa empresa forastera, junto a la consecuente modificación del modo de vida de los primeros.
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