ISLA MISIONAL. INMENSIDAD TOTAL

Presentación

María Carolina Odone Correa

En 1889 religiosos Salesianos arribaron a Dawson, isla situada en el extremo sur del territorio chileno, e iniciaron el establecimiento de una misión que se denominó San Rafael. Años más tarde llegarían las hermanas de la congregación de las Hijas de María Auxiliadora. Aquella misión estaba dirigida a las poblaciones fueguinas. El objetivo era su evangelización y civilización, construyéndoles un lugar de refugio y estadía. Aquel era un proyecto que don Juan Melchor Bosco (Italia, 1815-1888), fundador de ambas congregaciones, quería que sus misioneros realizasen. Desde la década de los años de 1870 envió primero, hacia territorio argentino, religiosos encargados de concretar el sueño misional. Con aquella experiencia, los religiosos se trasladarían a territorio chileno.

Fueguinos del siglo XIX

María Carolina Odone Correa

Al arribar los Salesianos a territorio fueguino, los indígenas ya formaban parte del imaginario cultural europeo y norteamericano. Desde el siglo XVI, representaciones textuales y visuales señalaban la diferencia cultural de los que allí habitaban, su grado de “salvajismo”, y sus posibilidades de adquirir las costumbres de la vida civilizada. Los Selk’nam eran considerados los gigantes y ejemplo de la evolución de las razas en el territorio. Yámana y Kawésqar eran estimados como grupos anclados en el pasado y destinados a desaparecer. Desde mediados del siglo XIX, la actividad ganadera de tipo comercial, bajo el modelo de la estancia y la crianza de ovejas, la explotación de recursos minerales y la caza comercial intensiva de ballenas, lobos marinos y focas, dejaba sentir sus agudos efectos en la vida de los fueguinos.

                 

El asentamiento misional

María Carolina Odone Correa

La práctica misional era para los Salesianos, una salida a la situación de vulnerabilidad que vivían los grupos indígenas que habitaban en territorio fueguino. Los indígenas representaban un obstáculo para la instalación de las estancias ganaderas, especialmente en Isla Grande de Tierra del Fuego. Por otro lado, la explotación minera ocasionaba situaciones de abusos y violencia. Aquellas actividades comprometían  la existencia de los Selk’nam, a lo que hay que incluir los efectos para Yámana y Kawésqar, poblaciones canoeras que vivían de la caza intensiva de mamíferos marinos. La misión Salesiana fue dedicada a San Rafael, arcángel protector contra las adversidades, enfermedades y peligros. Compuesta por muelle, iglesia, galpones, talleres, colegio, aserradero, cementerio, pabellones y casas para fueguinos y religiosos, la misión miraba la inmensidad.

            

El lugar de la acogida

María Carolina Odone Correa

Desde que San Rafael se abrió, a la misión fueron llegando distintos grupos fueguinos. Algunos eran recogidos por los Salesianos, otros ingresaban por propia voluntad, por recomendación gubernamental o por indicación de las sociedades ganaderas. Una vez que los fueguinos ingresaban a la misión se les cortaba el pelo, eran lavados, desparasitados y vestidos a la usanza occidental. Los Salesianos eran los encargados de atender a hombres y niños; y las Hijas de María Auxiliadora a mujeres y niñas. Se les enseñaba el catecismo, tenían prácticas de oración y acudían a misa y recibían los sacramentos. Los fueguinos sabían que el infierno era el lugar de mucho fuego, y que el cielo era el lugar donde no hacia frío y estaban los compañeros buenos.

                 

El devenir en la misión

María Carolina Odone Correa

En la misión las mujeres aprendían las tareas relacionadas con el hilado, el tejido, el bordado y la pastelería o cocina. Las niñas eran instruidas en los talleres de bordado. En el caso de los hombres, sus tareas se relacionaban con el aserradero, la carpintería, la herrería y las labores propias de la crianza de ovejas. Todas las producciones de la misión estaban orientadas a su sustento. Hombres, mujeres y niños también eran instruidos en la práctica de la escritura, la lectura, la aritmética y la música, práctica especialmente dirigida a los infantes.

                

Concluye la misión

María Carolina Odone Correa

El 13 de febrero de 1899 el Angamos zarpaba desde Punta Arenas a Dawson. Federico Errázuriz Echaurren, presidente de Chile, junto a un selecto y numeroso grupo, iba en el vapor. Indígenas, sacerdotes, religiosas y la comitiva oficial posaron para la fotografía de la visita presidencial. Hasta 1911, los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora efectuaron esta experiencia misional, ese año la experiencia concluyó con el retiro de los religiosos y religiosas de la isla. Algunos indígenas fueron trasladados a Punta Arenas y otros a la misión Salesiana de Nuestra Señora de La Candelaria, situada en las cercanías de la localidad de Río Grande, en territorio argentino.